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lunes, 28 de noviembre de 2011

RELATO ENCADENADO "UN NUEVO DESPERTAR"



RELATO ENCADENADO
"UN NUEVO DESPERTAR"




CAPÍTULO I

Cogí el último tren de la noche con destino final al comienzo de una etapa nueva en mi vida, viviendo en una ciudad desconocida y entrando en la universidad.
El vagón estaba vacío, al menos en los asientos cercanos al mío o, eso pensaba yo pues, en el instante que me transportaba al mundo de los sueños, me pareció verla a ella, reflejada una vez más, a través del cristal.
Un escalofrío recorrió por mi cuerpo, no me podía suceder esto ahora; tanto tiempo de terapias y pastillas para no tener otra vez alucinaciones en vano… Aparté la mirada hacia la derecha, con la esperanza de que el reflejo perteneciera a una mujer que estuviese cambiándose de asiento pero a mi derecha no había nadie andando, ni tan siquiera había un alma despierta a estas horas de la noche.
También pensé que podría tratarse de una pesadilla, fruto de viajar en tren y nervioso por comenzar la universidad pero, cuando me armé de valor y volví a mirar hacia el cristal, aún estaba ella mirándome.
Siempre que aparecía en mi niñez, lo hacía durante varias fracciones de segundos pero nunca tanto tiempo como lo estaba haciendo en esos momentos. Fue la primera vez que podía verla detenidamente pero me acobardé y cerré los ojos, conté hasta diez y me dije una y otra vez, en voz baja, “tienes que dormirte, es tu imaginación”, “tienes que dormirte, es tu imaginación”.
No dormí esa noche, aún así, no me atreví a abrir los ojos hasta que noté en mis mejillas el suave calor del sol al amanecer. A pesar de no haber abierto los ojos aquella noche, ella estaba entre mis pensamientos, en mi visión.
Aún quedaban dos horas para llegar a mi destino, durante ese tiempo evité mirar por la ventana y me puse a leer un libro… Cuando llegué al destino fui al cuarto de baño de la estación, me eché agua en la cara, me dirigí al bar y mientras me tomaba un café y me fumaba un cigarro, me sonó el teléfono móvil.
- ¿Dígame? - dije.
- No tengas miedo… - dijo, entrecortada, una voz femenina.
- ¿Cómo? ¿Quién es? No estoy para bromas telefónicas, váyase a la puta mierda.- respondí medio asustado, medio cabreado.
- ¿Así es cómo le coges el teléfono a tu primo? Como te pongas tonto, te buscas la vida para venir a casa…
- Eh…pe…pero…
- Eh…pe…pero… Ni peros ni nada.- empezó mi primo a reírse.
- Tío, no me hagas nunca más esas bromas.- le dije.
- Primo, no te he hecho ninguna broma, que son las ocho de la mañana a ver si despiertas ya. Bueno te llamaba para decirte que hasta dentro de un par de horas no podré llegarme a recogerte, ha habido algún problema en la oficina y estoy esperando al fontanero.
- No te preocupes, te esperaré en el jardín que hay frente a la estación, cuando estés llegando, dame un toque.
Me levanté de la mesa, pagué la cuenta y salí de la cafetería, marché a consigna y dejé la maleta en una de las taquillas, luego me dirigí al parque. Nuevamente me sorprendí cuando leí en una valla publicitaria “No tengas miedo, es tu futuro” haciendo referencia a alguna campaña de prevención de enfermedades. Repetí en voz baja aquel eslogan.
Me senté en un banco al lado del estanque de patos, a estas horas de la mañana no había nadie paseando por el parque, me puse música con el mp3 y continué leyendo el libro… Al poco tiempo, escuché a alguien decir “no tengas miedo”. Me levanté del banco, el mp3 cayó al suelo, cuando me agaché a cogerlo, vi una sombra tras de mí. Cuando me giré, estaba ella ahí, en carne y hueso, era real. Salí corriendo.
Mientras corría, apareció frente a mí, caí al suelo.
- ¿Pero qué eres? - Grité mientras me quedaba inmóvil en el suelo del miedo.
- No tengas miedo Chad, es el momento, tienes que despertar, te necesitamos…
- ¡No soy ese Chad! Me llamo Tomás.
- Lo siento pero cuando despiertes lo comprenderás. Lo siento mucho por las formas y los medios, tú mismo las estableciste así hace un tiempo.
- Qué dices, te repito que no soy ese que buscas…
Me levante del suelo y volví a salir corriendo mientras huía de aquella mujer escuché el sonido de una pistola disparando, el tiempo se ralentizó. Noté que la bala me alcanzó, sentía como la sangre salía por algún lugar de mi cabeza, iba perdiendo el conocimiento poco a poco mientras aquella mujer me abrazaba y lloraba…
Al poco tiempo abrí los ojos, me dolía la cabeza, no estaba muerto. La primera imagen que tuve después del disparo era aquella mujer dándome la bienvenida, estaba en una habitación blanca, como de un hospital o un laboratorio, no sabría decir dónde estaba.

CAPÍTULO II

No tengas miedo Chad – fue lo primero que me dijo haciéndome señas para que no me moviera- todo estará bien.
¡Mi nombre es Tomas! respondí furioso quise atacarla pero estaba atado a la cama, correas sujetaban mis manos y pies, Nuestra intención nunca fue usar la fuerza pero lo haremos otra vez si es necesario dijo como una sutil amenaza mientras retiraba la sabana que me cubría. Puso su mano en mi muslo jugando con mis vellos, has crecido rápido dijo mientras frotaba su mano contra mi muslo. Te he observado durante toda tu vida, como un jardinero observa a sus plantas crecer y ha llegado el momento de cosechar dijo mientras miraba y acariciaba mis genitales, me dio un apretón que hizo que me abandone todo el aire, giro sobre su taco y se dirigió hacia la puerta, una ranura electrónica y dos beeps abrieron la puerta.
Había tenido fantasías siendo atado a la cama pero ni en la peor de mis pesadillas imagine que estuviese en esta situación. La habitación estaba inundada por el olor a desinfectante, sin duda estaba en un hospital o algo así. A pesar de la situación me encontraba en calma, tenía el cuerpo adolorido y el dolor en mi cabeza me recordó la herida que tenia.
Vi sobre la mesa un expediente grueso, una jarra con agua y un vaso, mi sed era enorme y no quería otra cosa que no sea saciar mi sed, de pronto sentí un dolor agudo en mi cabeza pensé que mi cabeza iba a explotar cerré los ojos de dolor y sin embargo vi que la jarra con agua se acercaba a mí. Sin saber cómo sabia que algo extraño me sucedía, toda mi vida había sido tildado de “raro”, mis alucinaciones, mis terapias, las drogas que usaba para mis crisis, todo estaba relacionado con esto.
El agua se movía en la jarra como si una cuchara invisible la hubiese agitado en sentido horario, la mire y desee que se acerque y la jarra se movió un poco, el dolor por el esfuerzo me detuvo. Volví a intentarlo y el movimiento de la jarra envió el vaso al piso. Decidí liberarme así que me concentre en la correa que ataba mi mano derecha, el esfuerzo me produjo un dolor intenso, pero finalmente logre liberarla. Sentí un líquido caliente y salado que llegaba de mi nariz a la boca, el sabor salado de mi sangre me hizo enfurecer, lo sentía venir, una crisis se acercaba.
Me libere rápidamente baje de la cama y un pedazo del vaso roto se incrusto en mi pie, el dolor solo avivo la llama de mi cólera, ignore el dolor y bebí de la jarra, mis torpes movimientos hicieron caer el expediente, había fotos mías dispersas por el piso, ¡muchas fotos!, ahí estaba yo, más joven, en el colegio, en casa, con mis amigos, había fotos de la mujer de mis alucinaciones, en la carpeta leí sujeto de experimentación nº 22 “CHAD”, desperdigado en el piso encontré mi vida a retazos.
He despertado de lo que pensé era mi vida ¡Yo no soy quien creía que era! Mis pensamientos fueron interrumpidos por el estridente sonido de una alarma y luego una explosión…

CAPÍTULO III

Aprovechando la confusión y el estruendo provocado por la explosión, Tomás consiguió deshacerse definitivamente de las ataduras y, todavía torpe y confundido, salió de la habitación en la que se encontraba recluido. Recorrió, aturdido aún, el pasillo mientras la alarma seguía sonando martilleando su cabeza. A través de una ventana pudo ver, a lo lejos, el alboroto que se había formado en el jardín. Un pequeño depósito de combustible, seguramente de un generador, estaba ardiendo. Un grupo de unas diez personas, algunas de ellas con batas blancas, intentaban apagarlo para evitar que el fuego se propagase a unos depósitos cercanos.
Tomás siguió recorriendo el pasillo algo más consciente. Pudo observar que en las puertas de todas las habitaciones había un cartel con un número y un nombre. Igual que pudo observarlo en la suya cuando salía: el número 22 y el nombre Chad. El pasillo terminaba en una amplia puerta de dos hojas, abatible, que a Tomás le recordó a la de los hospitales, a las que hay en las entradas de los quirófanos. La curiosidad pudo más que sus ganas de escapar y se acercó a descubrir que había en su interior. Y poder así encajar alguna de las piezas de ese misterioso puzzle que tanto le atormentaba.
Lo que encontró en su interior le dejó sin aliento. Era una sala llena de ruidosas máquinas, de enrevesados cables, y de un extraño instrumental quirúrgico. Y en el centro, el cuerpo de un hombre. Estático, rígido, inerte. La extrañeza de Tomás se incrementó cuando se percató de que aquel hombre desnudo realmente era él. Una réplica exacta de si mismo. Un clon.
En el pecho, en el lado del corazón tenía unas marcas, las mismas marcas que se hacen cuando se va a proceder a realizar una operación y definir el corte del bisturí. Las mismas marcas que tenia el propio Tomás en su pecho.
¿Qué era lo que pretendían hacer con él? ¿Quiénes eran estas personas que habían estado persiguiéndole toda su vida, desde su infancia? ¿Dónde se encontraba?
Y mientras todas estas preguntas se agolpaban en su cabeza, sintió una presencia a sus espaldas. Se dio la vuelta y vio nuevamente a la mujer que tantas veces se le había aparecido a lo largo de su vida.
- Chad, tranquilo. -dijo ella sonriendo.- Ya queda poco para que llegue tu "nuevo despertar".- La mujer acercó una especie de pistola al pecho de Tomás. A continuación, éste sintió una fuerte descarga eléctrica.
Y cayó al suelo inconsciente.

CAPÍTULO IV

Sentí un frío terrible en mis nalgas, lo que me hizo despertar, abrí los ojos poco a poco, aún aturdido por lo que recordaba fue una especie de calambrazo, y allí estaba yo, tendido en aquella camilla metálica, cuán largo era, completamente desnudo... lo que me recordaba aquella vez que, de niño, cuando me operaron de mi huevo ascensor, con nueve o diez años, y al despertar de la anestesia, estaba allí, en la cama, “con todo al aire”, rodeado de los abuelitos, mis padres y todos mis primos... ¡Seré gilipollas, ahora estaba todo claro! ¡Cómo no lo sospeché antes! ¡La respuesta estaba allí mismo, en mis huevos...! Alcé la cabeza con dificultad, pegando tanto la barbilla al pecho como me lo permitía el estar atado de pies y manos a aquel frío aluminio, y en efecto, allí estaba la respuesta... ¡No tenía las cicatrices de mi ingle que atestiguaban aquellas dos operaciones de niño....! Entonces comprendí... ¡Todo estaba tan confuso, tenía la sensación de mezclar recuerdos viejos con otros nuevos! aunque no me dio tiempo a pensar mucho... Sentí una presencia....
Giré la cabeza y allí estaba ella, la mujer misteriosa... tenía que tener siempre el cuello girado a derecha o izquierda, pues aquella luz blanca, tan fuerte, de quirófano, que se cernía sobre mí me impedía mirar hacia arriba... sentí cómo una silla se arrastraba y al fin, la tuve sentada a mi lado... se inclinó sobre mí, apoyándose en mi pecho, mirándome frente a frente... lo que era de agradecer pues se interponía entre aquella luz cegadora y yo...
- CHAD...– comenzó a hablar- Supongo que estás aturdido y que todo esto es muy duro para ti... no te avergüence tu desnudez... ¡Te he visto así muchas veces, tonto!... ¿Por dónde empiezo?.... Hace mucho tiempo nos casamos, éramos felices, la pareja del billón de euros, nos llamaba la prensa rosa... la mejor modelo del planeta, la más guapa, alta y esbelta, y uno de los mejores médicos del mundo, despreciado por sus colegas, por sus trabajos e investigaciones sobre la clonación humana... –Hizo una pausa, pues sus ojos se humedecieron- Luego vino tu enfermedad repentina, después aquél fallo multiorgánico... ¡y la muerte estaba tan cercana! ¿Lo entiendes? ¡Tú muerte...! Gasté toda nuestra fortuna en que tus discípulos siguieran tus trabajos y estudios y por fin, hicieran lo que tú nunca te atreviste, dar el paso definitivo, clonar a alguien... a ti... La idea era darte la vida para después, en un momento dado, asesinarte, y transplantar todos tus órganos a los del verdadero CHAD, como has podido comprobar... Sin embargo algo falló, algo no estaba claro en tu investigación... Ahora me dicen que el otro cuerpo, tu verdadero cuerpo, no es viable, la única solución que queda es transplantar –tus alumnos han seguido la investigación por otros derroteros- el cerebro de mi CHAD en tu cuerpo, en este repositorio perfecto que he creado... ¿Lo entiendes, verdad? ¿Serás capaz de perdonarme? ¡Lo he hecho todo por amor...!
Yo ya no me sorprendía de nada, desde que me desperté y vi que no tenía las cicatrices me percaté de algo así, con todo, pese a que aquella mujer era, ciertamente, muy atractiva, asomó en mi rostro un rictus de sonrisa picarona y le dije...
- ¡Cariño...! ¿Puedo llamarte así, verdad? – Ella asintió con la cabeza mientras mesaba mi cabello con sus manos temblorosas- He visto las fotos del expediente... mis fotos de la infancia, del instituto, mi graduación en la universidad, aunque tu nuevo CHAD ha estudiado Derecho, no Medicina... ¿Pillas, la diferencia? Creo que no, ricura, pero no importa, ya cuando me casé contigo debí suponer que eras tonta... ¡No tienes la culpa de ser rubia! Ese es el gran problema de la clonación... habrás podido recrear mi cuerpo, es verdad... ¡hasta creo que tengo la polla más bonita y proporcionada que antes! –Ella hizo un gesto de disgusto, seguramente su CHAD no era tan ordinario como el nuevo TOMÁS- ¡Pero no se puede clonar todo lo demás! Para empezar la primera desviación del experimento, CHAD era médico, yo soy abogado... y luego otra pequeña diferencia (bueno, si me refiero a la polla “no tan pequeña”).... En tu expediente no hay fotos de mi intimidad, cariño, no tienes fotos de mis pajas adolescentes pensando en los actores de la tele... lo que tú crees, en tu expediente, amigos míos, saliendo o entrando de mi piso de estudiantes, de joven, no son más que ligues de una noche de verano, con los que me harté de follar... no tienes fotos ¡qué controladores más malos tienes, o te han tenido engañada...! de mis idas y venidas a la sauna, donde me he tumbado, gustosamente, no como ahora, en otras camillas donde me han comido la polla como a nadie.... porque tu antiguo CHAD, querida, en este nuevo TOMÁS... ¡Es maricón perdido...!
Ella se levantó de la silla enfurecida, estaba fuera de sí, la silla salió volando de lo alterada que estaba, temí que usase violencia contra mí, que estaba allí, desnudo y atado, sin poderme defender.... Sólo escuchaba sus gritos y sus reproches, mientras yo la jaleaba, mosqueándola más, diciéndole que si en sus estudios tuvieron en cuenta que se puede clonar el cuerpo, más no la “vida” de una persona... De repente entró un médico en la habitación... ¡Dios mío, era guapísimo...! Sin duda habría venido alertado por el escándalo de la otra, intentó tranquilizarla, gritándome a mí de malas maneras que me callara y no la enfureciera más... cuando así logró calmarla, los dos se acercaron de nuevo, a asomarse a mi camilla, veía sus rostros sobre mí... uno a derecha y otro a la izquierda, desde aquella posición, aquel paquete sugerente que marcaba el doctor en esos pantalones de tela tan fina que usa el personal médico, parecía que se cernía sobre mí... empecé a sentir una sensación conocida y entonces, nuevamente, abrí mi bocaza, con la conciencia de que estaba indefenso, es verdad, pero si no, no sería yo mismo....
- Doctor, no tengo el gusto de conocerle... cariño... puedo demostrar que no miento, si se toman ustedes la molestia de mirar hacia abajo, verán mi polla, preciosa, turgente, sonrosada... más tiesa que el mástil de un velero... y no has sido tú cariño, la que lo ha provocado... que llevo ya un rato aguantándote ¡so, petarda!, sino la irrupción de este doctor tan guapo...
La pelota estaba en su tejado.... yo era un jugador atado de pies y manos...

CAPITULO V

Tanto el médico como la mujer extraña me miraban como si de un bicho en pruebas se tratase, los dos a dúo observaban mi creciente verga empalmada, y mi mueca risueña y picara en la boca. Tras un largo silencio en el que yo intentaba desatarme lo suficiente una de las manos, para llegar a tocar el paquete del doctor y que así vieran que no iba de farol, se marcharon del quirófano donde estábamos.
Frustrado, así me encontraba, con la sensación de engaño recorriéndome el cuerpo ¿Sería verdad toda aquella película que me acababan de contar? Lo que estaba claro era que pruebas había, las fotos, el otro yo, mi clon, o yo su clon, o yo que sé. Ahora lo más importante era liberarme y salir de allí por patas.
Tardaron más de cinco horas, que contabilicé gracias al enorme reloj de pared de la sala, en volver a por mí, aunque esta vez era solo el médico el que hacía acto de presencia.
— Mira Chad, Tomás o como quieras llamarte, te ayudaré a salir de aquí si tú me prometes una cosa — dijo el atractivo hombre de bata casi transparente y evidente desnudez bajo ella.
— ¿Qué quiere de mí doctor? — Le contesté señalando con los ojos las correas de mis manos y pies.
— Simple, si tú me dejas acompañarte a donde vayas, te ayudaré a salir de estas instalaciones— hizo una pausa mientras miraba hacia la puerta de entrada— sino, te dejaré aquí y me marcharé solo, pero, será mejor que luego no me engañes y me dejes tirado en cualquier sitio intentando darme esquinazo, porque tengo medios para que te encuentren en cuestión de segundos.
Pensé durante un momento a qué se debía este tipo de proposición, ¿para qué querría este hombre hecho y derecho mi ayuda para desaparecer? Era ilógica su petición, pero como estaba muy bueno y yo no tenía nada que perder…
— Está bien, vendrás conmigo, nos esconderemos en un lugar seguro que tengo y ya decidiremos después qué hacer.
Desató mis correas rápidamente, me ofreció otra de esas batas blancas tan sexys y los dos por el conducto de refrigeración llegamos a las habitaciones traseras de lo que parecían un almacén. Tras varios minutos escondido entre cajas que contenían amoniaco vino a buscarme, y los dos montamos en su BMW negro, yo en el maletero y él, lógicamente, conduciendo.
Una vez fuera del vehiculo, comprobé que mis indicaciones habían dado resultado, estábamos en la entrada del bosque de Arbuth, donde una cabaña muy coqueta nos esperaba a una distancia de tres horas de caminata.
Le miré lujuriosamente al poco de entrar a mi antiguo y escondido nidito de amor, o “picadero”.
— Antes de arrepentirte por lo que puedas hacer o decir, deberías saber algo— dijo mientras le acorralaba contra la pared de madera entre mis brazos extendidos, rozando sutilmente nuestras batas— Tomás, soy tu hijo.


PARA CONOCER A LOS AUTORES


CAPÍTULO I FRANTASMA
CAPÍTULO II GARY RIVERA
CAPÍTULO III ZOWI
CAPÍTULO IV OBSERVATORIO GAY GRANATENSE
CAPÍTULO V IRENE COMENDADOR

Muchas gracias a mi chico Observatorio, que siempre me mete en estos líos jajaja, pero encantadísima tanto de cooperar como de que se acuerde de mi, eres un solete guapo; y como esto es un relato encadenado, yo le paso el testigo a mi querido Julio G. Martín, que estoy segura hará con él un trabajo magnifico y nos sorprenderá de la mejor manera. (Pinchad en su nombre para ver su web y por lo tanto su continuación)

Besos para todos y espero lo hayáis disfrutado: DDDD

15 comentarios:

Explorador dijo...

Ufff, cuantas vueltas, pro está bien, sigues con atención así, me ha gustado todo lo que promete y no da, para volver a sorprender.Chulo :)

Un saludo.

J.P. Alexander dijo...

Me gusto nena un buen relato lleno de misterio. Te mando un beso, te deseo un buen fin de semana y te invito a leer mi relato navideño.

Anónimo dijo...

Luego vuelvo y me leo todos los relatos... Que eso llevará un poquito de tiempo. Bravo por la idea y por coger el testigo...
Beso.

Igor dijo...

Carai, buenas colaboraciones e iniciativas en estos relatos encadenados. Nada mal la experiencia (¡y la cordinación!). Un final que ni me lo olía.
Besos.

Julio Benavente Caballero dijo...

Gracias, doctora. Me halaga que me hayas pasado el testigo. Lo continuaré lo mejor que sé y procuraré tenerlo lo antes posible.
Un beso enorme y lleno de ilusión.

Winnie dijo...

Irene me ha encantado....seguiré la continuación...Besos y buen día

Anónimo dijo...

¡¡¡¡Jajajajaja....!! ¡Me acabas de bajar la erección, jejejeje!! ¡¡Mi hijo!! ¿Y ahora, cómo se lo come el siguiente....?

Anónimo dijo...

Pues no está nada mal, es chungo esto de escribir algo entre unos cuantos, yo se lo dejaría muy complicado al que tuviera que escribir detrás mío, con lo que desvarío...
Aunque entre unos cuantos, siempre es mejor una orgía...

Silencio dijo...

Qué buena idea ir compartiendo ideas entre vari@s autor@s... y surge una mezcolanza insensata, llena de entresijos y genial. El final sí que es chungo... ;)

¡Un saludo y que continueis!

Irene Comendador dijo...

Mi Explorador jajaja si un revoltijo de vueltas y revueltas jajaja, pero creo que está chulo, a ver como sigue, que yo también tengo curiosidad, besos mi hombre.
Citu, que bien que te guste, el misterio al parecer no se pierde, un beso cariño mío.
Rombo, si es que no se decir a nada que no jajaja pero ahí estoy corriendo con el testigo de la mano, a ver si llega pronto mi sucesor jajaj un beso guapo
Igor, en el próximo que me metan te lo mando jaja seguro que tu subes tanto el listón que creamos una obra literaria sin precedentes, eres todo talento mi chico, un besazo y encantada de sorprenderte siempre ;D
Julio Julio, ya sabes que no hay prisa, pero quiero saber como sigue YA!!!! Jajaja un beso mi chico y a la espera me tienes ;D

Irene Comendador dijo...

Winnieo, me alegra que te haya gustado, han aportado su pedacito de genialidad cada uno de los escritores, y el siguiente ya te digo que será igual, un beso y buen día también para ti.
Observatorio, jooo, lo siento, no era mi intención, pero ya sabes a lo que te expones si me mandas a mi estas cosas, que todo puede pasar jajaja besos guapetón mío
Jordim, ná, lo difícil que es enlazar todas las historias y hacer con tantos estilos que el lector se interese, pero creo que está quedando guay, un beso y ya miraremos es de las orgías, que no sé lo que es ¬¬ jajajaja
Silencio, gracias por tu comentario, me alegra que te guste, el final como suele ser costumbre en mi, es chungo, todo lo que hago suele serlo, será defecto de fabrica jajaja Un beso y de nuevo gracias :D

Anónimo dijo...

Me ha encantado el giro que le has dado a la historia, felicidades. Me quedaré por aquí cerca con tu permiso. Besazos

Julio Benavente Caballero dijo...

Bueno, siento si os hice esperar un par de días, pero ya está listo y en unos minutillos estará colgado.
Gracias de nuevo, Irene.
Besos

Emilio José Pazos Brenlla dijo...

Esta bien el giro final, una historia turbadora llena de misterios. Un saludo.

Irene Comendador dijo...

Hiperión, gracias por tu visita, siempre es un placer nene, un beso
Fantasma, estas en tu casa, ponte cómodo y no dudes en coger lo que quieras de la nevera, un beso guapo.
Julio, gracias mi chico, ya lo vi y te quedó genial, besazos
Emilio, ya sabes que a mi lo de dar finales sorprendentes me molan, me alegra que te haya gustado, un beso y nos vemos.