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lunes, 2 de mayo de 2011

En tierra de confidentes Cap 3



Autor de la imagen Marcos DK






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En tierra de confidentes Cap 3





La tierra empezó a temblar, inmensas gárgolas sobrevolaron sus cabezas dejando en el aire atroces ruidos que hacían que, incontrolable el vello de la nuca se irguiera.

La Sacerdotisa miró a sus espaldas y sin tener que hacer gesto alguno, ya sabían todos los que la acompañaban que la batalla había comenzado, tenían carta blanca para empezar a actuar. Aquellas escasas decenas de adalides avanzaron a su encuentro, matando y descabezando a todo orco y monstruo que se encontraban a su paso; ese tipo de enemigos era fácil de matar. Ella lo sabía, poseía guerreros fuertes, inteligentes y bien adiestrados. No en vano habían aprendido el arte de la guerra del mejor, del increíble Dokan.

No solo cumplirían las órdenes sus caballeros por el amor que profesaban a su reina, si no también porque su maestro era en este caso la persona a la que tenían que salvar.

La Sacerdotisa levantó su mano y rápidamente su consorte Gostrich le puso en ella el báculo del poder, un bastón ancestral con punta de cristal, desde donde ella controlaba sus poderes. Verdaderamente no necesitaba artilugio alguno para administrar sus dones, pero el báculo hacía que exteriorizarlos fuese un poco más sencillo.

Un rayo luminoso se alzó en el cielo, el proveniente de dicha fuerza que emanaba a borbotones la figura de Airuin; no se tardó en comprobar que dicho ataque de luz había tenido éxito, disminuyendo el número de gárgolas voladoras a la mitad. Los cuerpos de dichos seres del aire caían a sus pies, cuerpos de más de doscientos cincuenta kilos desplomándose como simples trapos, descendiendo de los cielos y en alguna ocasión aterrizando encima de los atemorizados orcos.

Siguió su avance, tenía que encontrarlo ya, debía hacerlo, porque sus nervios amenazaban con abandonarla y eso no era bueno ni siquiera para los suyos.

Una monumental onda expansiva y muy ruidosa, proveniente del mismo brazo de mando, hizo que la entrada a lo que sería el hogar del enemigo, saliese volando por los aires, se podía contemplar como seres inclasificables en raza y de sexo femenino corrían despavoridos, intentando ponerse a salvo.

Dejó que así lo hicieran, ella estaba aquí para acabar con el que había osado tocar lo que era suyo, ella venía a terminar con el problema de raíz, quitándose de encima algo o alguien que ya hacía tiempo tenía que estar exterminado. Estaba allí para matar al Imperiador y hacerle pagar por la osadía de tocar a su guerrero más importante.

De repente una luz anaranjada se coló por las rendijas del lugar en el que se encontraban, ya dentro del castillo. “Eso no es nada bueno”, pensó Airuin. Esa extraña luz no podía ser otra cosa que la convocación de los brujos de Azqueyhn, unos potentes seres, su mayor arma era la magia negra, lo prohibido. Una raza que ya en su día ella misma había intentado eliminar, al parecer aunque así lo había creído hecho, había fracasado estrepitosamente en la tarea. Un fallo que haría de esta guerra algo un poco más entretenido, pero en absoluto difícil.

Resopló con fuerza pensando que tardaría algo más en encontrar al maldito Imperiador, al que quitaría la vida con urgencia. Con un gesto de la cabeza, mandó a sus guerreros esconderse detrás de los muros del edificio; no quería perder a sus hombres sin necesidad, cuando ella sola podría atacar y exterminar a los brujos.

Gritó enérgicamente, incentivando al enemigo para que saliera de su escondite. Volvió a gritar después de unos minutos al no obtener respuesta alguna, pero esta vez con improperios incluidos, intentado provocarles y que así se mostraran de una buena vez.

Se estaba desesperando, esto ya duraba demasiado y al final decidió entrar ella misma hasta su escondrijo, la luz anaranjada dolía, hacía que su cuerpo tornara rojo por el calor y una tristeza invadió su corazón, dejándola sumida en un letargo amargo y cruel. Pero sabía cómo funcionaban estos seres y las consecuencias de su magia, así pues no hizo caso de su estado anímico, consciente que solo se trataba de una ilusión provocada por la magia negra.

Aún así dolía el acercamiento, a cada paso costaba más intentar que no le afectara y las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas. Las ropas que le cubrían se deshacían, la tunica de color dorado que le había estado vistiendo, ahora solo era un amasijo de hilos colgando sobre sus hombros desnudos.

Al fin los tuvo en frente, eran seis hombres de melenas largas y violáceas, con barbas espesas y del mismo color, las manos pintadas de negro mientras balbuceaban palabras incoherentes y mantenían los ojos cerrados.

_ Será mejor que lo dejéis ya_ dijo la dama sin parecer surtirle efecto los poderes de aquellos seis brujos

Pero ellos siguieron con su ataque, recitando sus conjuros, cada vez con sortilegios más altos, más rápidos y al tiempo poderosos.

Al ver Airuin que no le hacían caso, pensando que ya era suficiente este despliegue de osadía, abrió sus brazos, levantó su bastón y dejo caer una maldición digna de ser temida hasta por aquellos hombres todopoderosos.
Los brujos quedaron mudos en el acto y portando armas en las manos, en un último intento por salvaguardar sus vidas, se abalanzaron sobre ella, sobre una dama desnuda y en apariencia inofensiva.

Pero si a la Sacerdotisa no le había echo daño alguno, aquellos exorcismos del más profundo infierno, no lo harían ahora con unas simples espadas.

Tembló su cuerpo un instante, el mismo en que de ella salió un haz de luz y fuego que derritió a los que habían osado atacarla. Pero uno de ellos, un séptimo que no se encontraba al frente, sin saber de donde había salido se abalanzó sobre Airuin, llegándola a alcanzar por la espalda y hundiendo el arma en el costado de la Sacerdotisa.


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Bueno bueno las cosillas se animan, en el proximo más revelaciones, muchas gracias chicos por seguir esta historia. Besazos de todos los sabores.

7 comentarios:

Guillermo Silva dijo...

Esta chica Airuin si que las tiene bien puestas. Es una diosa total.
Muy buena Irene, sigo detrás de esta fantástica historia.
Un beso.

Blueberry (Susan Valecillo) dijo...

Omfg!!!! Bueno... Y es que ya me da hasta miedo esta mujer XD hahahahah Nota mental: No meterse con la protagonista de la Historia "En tierras de confidentes" de Irene Comendador. XD Ya ya!! Exagero!! Espero que publiques pronto mi Irene... Un BESOOOO ENORMEEEE!!! y Gracias por pasarte por mi blog, tus palabritas me alientan ;) Publica pronto otro capii de esta historia, esta super buena :D Cuidate TKM!! <3

poesia del cielo dijo...

Mujer de sorpresas y con fuerza esta airum y como dices la historia empieza a revelar y captar mas la atencion irene mi querida amiga... eres genial amiga..

saludos
linda semana
abrazos

rombo dijo...

Pedazo escritora eres !!!!
Beso.

J.P. Alexander dijo...

Guay me cae mu bien Aruin nadie puede con ella.Veamos que le pasara.

Anónimo dijo...

Estoy empezando a leer la historia, y, esperaré a completarla -junto con la autora- para pronunciarme sobre la mecánica fabular y lances de la historia. De momento, el ritmo, los personajes y situaciones están extraordinariamente bien llevados.
Un abrazo.

KaRoL ScAnDiu dijo...

IREEEEEE:D

Por fin me estoy poniendo al día...
Ya sabes en que ando "metida" así que, supongo, que me perdonas... jajaja:D

Dios, a cada día me gusta más ésta historia:D
Pero no, no te perdono el que me dejes así...
¿cómo que le clava la espalda y ya está?
Haz el favor de no matarme con la espera, heim...

Te quiero reina mía, muchísimo:D

Siempre..