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domingo, 20 de marzo de 2011

Maldito hechizo y castigo





Maldito hechizo y castigo




Los gritos eran ensordecedores, mientras mis plegarias surtían efecto y mis días pasaban entre dolor y sufrimiento, una sonrisa macabra cruzaba mi rostro, como daba gracias por vivir en esta mi casa, llena de la mayor ira, miedo y terror. Mi infierno, mi delirio y locura. Aquí era feliz.

Mi padre había mandado llamarme a su presencia hacia ya varias horas, pero hoy no tenia ganas de cumplir sus normas, la verdad es que no tenia intención de cumplirlas casi nunca, decidí hacerle esperar un poco más, sabia que podía obligarme, pero seguía siendo su niña consentida y de eso me valía, podía hacer y deshacer a mi antojo.

Y os preguntareis quien soy…


“Yo soy el Jekyll de todos los Hyde,
soy la cal de vuestra arena
y la voz de Caín sobre Abel,
soy yo el mal sobre el bien,
porque de eso me alimento,
hasta que encuentre a la persona
que hará que mi cuerpo sucumba,
que me despliegue y rinda,
allí será cuando mi infierno
por fin venza sobre el mar de dudas
que profesan los dioses faroleros,
que a la gente envenenan.
Yo, de nombre Verenice
dueña de todas las dobles personalidades,
coronel de las tempestades
y maestra de asesinos en serie
que devengan mis propios placeres.
Yo, unitaria y demente,
mujer carroñera de despojos y carne valiente,
que postrados ante mis pies pierden la fuerza
y se dejan vencer por mis manos hirientes.
Hija de mil padres, esa soy yo,
la hija del Diablo, Satán y Lucifer,
de todos a la vez,
todos mis padres dueños del infierno, todos en uno,
los que me vieron nacer de una mujer,
de una virgen despojada de ropas y dignidad,
para que al darme a luz,
perecer bajo las manos y lágrimas
de un ser digno de temer.
Mi primera comida no fue leche materna,
fue la sangre que corría por el torrente de sus venas.
Allí nací como diosa de la maldad y empecé a ser perversa.
Pronto destronaré a mi progenitor,
y en el mundo y tinieblas solo reinara una.
Esa seré yo, la que sembrará el terror en la tierra.”


Y aquí estaba, entretenida en las cloacas del averno, contemplando como sufrían los pueriles humanos condenados a este mi infierno; no sentí los pasos que se me acercaban, Jasadell, uno de los siervos de mi padre, venia a cumplir sus órdenes, llevarme hasta su presencia, ya que habían pasado más de cinco horas de su primer llamado, mi forma de esconderme estaba resultando un éxito. A este desgraciado siempre se lo hacia pasar mal.

_ Su majestad_ reverencio_ Señorita Verenice, su padre la espera en la sala principal y esta vez parece que la cosa va en serio_ dijo intentando recuperar la voz, ya que de seguro había estado correteando por todo el maldito infierno para encontrarme

_ Decidle que no pienso ir todavía _ hable sin siquiera mirarlo

_ De verdad le digo que esta vez tiene que ser algo importante, esta echo una furia… mi dama_ insistió

_ Yo no soy tu dama, y menos aún te atrevas a decirme lo que debo hacer, si te dije que no voy es que no voy, así pues ve a darle las gracias a mi padre por la invitación….. Ah, y le dices además unas palabras en mi nombre por favor. “Que se meta el ofrecimiento de ir a su presencia por el culo” ¿Te importaría decírselo exactamente con esas mismas palabras, querido Jasadell?_

El pobre muchacho tras de mi no sabia que hacer, si desobedecía a su amo, rodaría seguro su cabeza.

_ Será mejor que dejes de incordiar a mis súbditos, ya conozco todas tus pataletas y esta vez vendrás lo quieras o no, y pagarás doblemente por hacerme venir a buscarte_ resonó la fuerte y enérgica voz de mi padre a nuestras espaldas.

Los despojos sangrantes que había estado contemplando hacia pocos minutos, ya no se movían despacio en las rueda de tortura y despellejo, ahora danzaban a una velocidad pasmosa, al parecer la sola presencia de mi progenitor hacia que todo funcionase con más soltura y profesionalidad. Los gritos y voces eran más sonoros y al tiempo más ahogados, bien sabían esos seres torturados que hacer enfadar al mismísimo Lucifer traía sus consecuencias, mucho más peligroso y doloroso que lo que ahora estaban sufriendo en sus huesos y carnes desechas.

Me volví despacio para encararle, hoy además de tener ganas de bronca, no estaba por la labor de ceder, seria divertido ver hasta donde podíamos llegar los dos.

Pero cuando estaba apunto de soltar uno de mis magistrales improperios contra mi padre, este me elevo en el aire como si de una débil pavesa se tratara y me lanzó por los aires, contra los portones de piedra que presidían las cloacas en las que nos encontrábamos.

Estaba aturdida, no solo por el golpe fuerte y atroz que había recibido, si no porque era la primera vez que mi padre ejercía fuerza bruta contra mí. El desconcierto me despojo de todas las ganas de lucha que pudiera tener, y sin mirarle a esos intensos y amarillos ojos que poseía, salí del lugar con la cabeza lo más erguida que pude, ignorando un tenue dolor en mi brazo derecho, ya que mi codo se había dado la vuelta del todo, formando una silueta extraña y anormal. Me agarré la mano, intentando por todos los medios no poner cara de dolor, yo no sentía dolor, yo era el infierno mismo y esto solo era una raspadura en mi inmensa grandeza.

Jasadell ando a paso ligero para darme alcance y me ofreció su ayuda para ponerme en su sitio de nuevo la articulación, soy obstinada, así que le empuje con todas mis fuerzas dejándole caer al suelo, mandándole a unos diez metros de distancia, ese gesto solo hizo que el dislocado codo me doliera aún más. Intente ponerle en su lugar, y otro grito emergió a través de mi garganta.

El siervo de mi padre volvió de nuevo a mi lado y cogiendo con firmeza mi brazo lo estiro, con fuerza, en un movimiento seco que hizo que el dolor se intensificara hasta el infinito y el brazo volviera a su estado natural. Pero había sido tal el punzamiento que, mi cabeza perdió el sentido y deje de ver la tenue luz roja y mortecina que siempre adornaba mi hogar, para caer desmayada contra el suelo de alabastro y piedra.

***

Completamente repuesta, ya que mi cuerpo no tardaba en regenerarse, me encontraba en vilo sobre los brazos de Jasadell y en la sala principal frente al trono de mi padre, desde donde este me miraba fijamente.

Salte de los brazos del chaval y de di un fuerte golpe en la cara, uno que inmediatamente hizo de su nariz un grifo de sangre borgoña.

_A mi nadie me toca, ¡¡despojo!!_ grite mientras me volvía para encarar al hombre que hoy había perdido el nombre y titulo de padre para mí

El muchacho de la nariz rota, se puso ambas manos sobre ella y con un gesto rápido la coloco, agachando la cabeza en forma de reverencia a mi persona y andando de espaldas se fue de la sala, no sin antes preguntar con la voz obviamente torturada por el dolor, si necesitábamos alguna cosa más de él, y por supuesto pidiéndome disculpas por la osadía de haberme tocado. Lo tenía claro, yo terminaría con su existencia al salir de aquí.

_ Esta bien, ¿Qué cojones quieres de mi? y explícame porque debo hacerte caso después de lo que acabas de hacer, querido padre_ dije sarcástica y con sorna

_ ¡¡¡Tú!!! Mal nacida ¿Qué hiciste cuando subiste por ultima vez a la tierra?_ pregunto Lucifer

_ Nada, divertirme como siempre, los humanos son de los más entretenidos, nunca sabes cuando parar de torturarles….._

_ ¡¡¡¡Basta, ingrata!!!!! ¿Acaso no te das cuenta que hasta para nosotros hay normas? ¿Que si hay un equilibrio en la tierra es por el cumplimiento de dichas leyes? Y tú has incumplido una regla muy importante, una que jamás se debe pasar por alto, una que hace mucho te enseñé y has vulnerado sin darle mayor importancia, así que ahora deberás pagar por tu insensatez. Te dejare a manos de la justicia para que te de el castigo que te has ganado a pulso. Esta vez tus pataletas y berrinches, tu genio del demonio no te ayudarán en nada, ya no eres bien recibida en este lugar y hasta que no cumplas con tu condena, no dejare que vuelvas a mi casa. ¡¡¡Estas desterrada!!!_ grito mi padre mientras babas de ira salían despedidas de su boca de cloaca, acompañadas con tamañas perversas palabras.

Sabia muy bien a que se refería, como también que algún día se enteraría, pero nunca pensé que este pequeño desliz que cometí, terminara de una forma tan dramática. Y tampoco me importaba, subiría a la tierra e iría a verla, le ofrecería mis servicios y si no me gustaba lo que me imponía para cumplir mi pena, la mataría. De una forma fácil, rápida y seguramente muy muy dolorosa.

Y sin contestar a mi padre me fui, salí de su vista como me había pedido con la cabeza alta, sin mostrar mi frustración, mi ira, yo ante todo era la reina y dueña de todo su reino, yo era la heredera y pronto ocuparía mi lugar, su trono, suprimiéndole y terminando con su vida, si se le podía llamar así. Mi padre tenía los días contados como dueño del inframundo.

***

La hechicera estaba esperándome, una anciana que se hacia pasar por sordomuda a ojos de humanos ignorantes, pero que yo podía oír en mi cabeza si ella así lo deseaba.

Me hizo pasar a su casa, un mini apartamento con olor a humanidad y vejez ¿Cómo podían vivir así ciertos seres?

“Has incumplido una norma muy básica, todavía no se como el supremo no te ha mandado un castigo aún mayor que yo” me dijo dentro de mi cabeza, llevándose una taza de té humeante a los labios, mientras me contemplaba por encima de sus gafas de pasta, sentada al otro lado de la mesa del comedor.

_ Si crees que te tengo miedo a ti, a mi padre o ese supremo del que me hablas, estas muy equivocada vieja decrepita_

”A mi no tienes porque tenerme miedo, yo solo soy un medio, un arbitro que esta entre la línea de los de arriba y los de abajo, nada más. Aunque ese cargo me da ciertas ventajas muy convenientes y sustanciales la verdad” contesto de nuevo dentro de mi cerebro

_ Dime de una vez cual es mi castigo por cargarme aquel insignificante humano, y terminemos con esto_

” ¡¿Insignificante?! “ resoplo sorprendida “Insignificante es el que me vende la fruta los sábados, insignificante es al que han puesto a dirigir este país, por ejemplo. Pero yo no diría que el Hijo de Dios sea insignificante, eso es algo que no se puede quedar así, querida princesa del mal” reverencio irónicamente

_ No tengo porque defenderme, pero él empezó antes, yo solo respondí a su ataque. Si no se hubiese metido donde no le llamaban, ahora estaría jugando al parchís con sus asquerosos Ángeles gilipollas. Además en un principio yo no supe de quien se trataba, esa manía de ir vestidos con harapos como simples mendigos es…_

“No discutiré contigo si lo hiciste conscientemente o fue sin querer, yo no estoy aquí para juzgarte, solo para imponer justicia, y ahora deberás pagar por lo que has hecho, si no quieres…”

_ ¿Qué? ¿Terminarás con mi vida? ¿Acabarás con mi existencia? ¿torturarme? No puedes hacer nada que me pueda desagradar, lo siento, cualquier cosa que tú hayas pensado hacerme, yo ya la tengo como insignificante. Así que déjate de rodeos y dime cual es el precio por la muerte del apestoso ese, el tal Hijo de Dios, valiente miserable e infeliz. Dar su vida por salvar de un atropello a una mujer embrazada, como si eso no pasara todos los días. Solo me estaba divirtiendo, quería ver a al niño antes de tiempo, solo eso _

La vieja puso cara de asco, se catalogaba como arbitro imparcial, pero se le podía ver el plumero a kilómetros de distancia, de hacia donde se decantaban sus preferencias. Ella estaba más cómoda con el sentido de humanidad, gracia y bondad de los de arriba, pero al fin y al cabo, el hechizo que me impusiera seria un placer para mí, cuanto mas doloroso y retorcido, mas divertido seria cumplirlo.

“Se lo que piensas, crees que te torturaré, pero no es así, solo te daré tiempo, una fecha, y por cierto muy cortita”

_ ¿Una fecha? ¿Una fecha para que?_ ahora si estaba intrigada

“Tienes hasta media noche para encontrarlo, ya sabes, tu destino. Si no lo encuentras, justamente a esa hora, el ser que más cerca tengas será el elegido y tú estarás atada a él. Así que te aconsejo que te des prisa en elegir y elegir bien, porque ya sabes lo que pone en las Sagradas Escrituras ¿verdad?”

_ No puedes hacerme esto, en menos de un día no puedo encontrar al apropiado, si no lo hice en cientos de años, no podré hacerlo en unas horas. Además creo que eres consciente de lo que eso significaría con respecto a mi padre_ dije sin creer que ese fuese mi castigo

“Exacto, la profecía dice que una vez lo encuentres, tu padre será aniquilado y tu subirás al poder, así que míralo desde ese punto de vista, te estoy haciendo un favor, adelantando tu coronación. Siempre y cuando elijas bien claro”

_ ¿Y si no lo hago, y si no lo encuentro, que harás?_

“Lo encontrarás, porque a las doce en punto, tus ojos se fijaran en alguien y ese será el designado, tu otra mitad, tu compañero y consorte. No tienes opción de escape, así que busca bien y no dejes que el azar lo escoja por ti, porque quizás no te guste lo que te ofrezca. Y ya me explique con bastante claridad, puedes irte, no creo que debas perder más tiempo hablando conmigo, tienes menos de doce horas querida”

Y cogiendo un ajado libro de la mesa, se subió las gafas con el dedo y empezó a leer, ignorando mi salida de su casa.

La cosa pintaba mal. Las Sagradas Escrituras, el Libro de Todo Mal, decía claramente que el dueño de mi corazón y cuerpo, el “Amor” que me acompañaría el resto de la eternidad, dictaminaría mi futuro. En el momento en el que consumara esa unión, mi padre desaparecería, y yo heredaría el trono del inframundo. Había un pequeño detalle, la persona que escogiese debía ser la idónea, así que solo debía elegir el menos malo de los compañeros de mi padre y (seguro que con poco esfuerzo) seducirlo; al llegar la media noche este hechizo jugaría a mi favor, perpetrando nuestra unión, en menos de un día, el sueño de ser la dueña del mundo se haría realidad. Pensándolo bien, este no era un castigo, era un premio muy sustancioso.

No podía bajar a los infiernos, me habían desterrado, así que tendría que mandar a alguien allí abajo, con un mensaje para hacer subir al susodicho. Todos los altos cargos de mi padre eran escoria, seres de la peor calaña e indignos de mi, pero debía elegir, en definitiva la elección seria mi esposo de por vida.

***

Andando por la calle buscaba la manera de mandar un mensaje y así hacer subir a uno de los demonios siervos de mi padre, mientras cribaba en mi cabeza cual de ellos seria el idóneo para compartir el trono conmigo. No podía emparejarme con los mal nacidos sicópatas más cercanos a mi progenitor, puesto que me harían la vida imposible, después de todo el mandato y reinado era a partes iguales; y entonces pensé en el único que seria sumiso y complaciente conmigo… exacto, Jasadell. El seria mi compañero y al tiempo esclavo para toda la eternidad, con la ventaja añadida de que estaba segura me amaba desde hacia ya tiempo. Solo faltaba llamarle a mi presencia para consumar nuestra unión antes de la media noche.

El plan era sencillo, encontraría una victima, la obligaría a cometer un asesinato para después convencerlo de que su única salvación, la solución a su atroz acto, seria el suicidio. En cuanto uno de los míos, un demonio portador viniera a levárselo, le mandaría bajar con un claro mensaje para Jasadell y así este aparecería de inmediato junto a mí.
Fácil, seguro y brillante, toda la pantomima terminaría en cuestión de minutos, al final me sobrarían más de once horas del plazo que la hechicera me había impuesto.

Pero algo pasó mientras me acercaba al humano que había escogido como victima y futuro condenado a los infiernos, alguien a quien no esperaba ver se cruzó en mi camino. Allí frente a mi se encontraba aquella mujer de tripa hinchada y melena rubia, la embarazada culpable de que todo esto empezara, el detonante a que yo aniquilara al Hijo de Dios.

Una ira incontrolable se desato dentro de mi, mis ojos dejaron de ver el camino y el plan trazado en mi cabeza dejo de tener sentido. Solo podía pensar en una cosa, terminar con el trabajo que yo misma me había impuesto, hacer que la sangre y entrañas de aquella mujer en proceso de gestación, terminara hoy adornando el suelo.

Ya me acercaba peligrosamente a ella cuando sentí otra presencia, alguien la acechaba al igual que lo hacia yo. Su perseguidor era una esbelta mujer de movimientos gráciles. Por su forma sigilosa de moverse, vi que no se trataba de un vulgar y corriente humano. Era otro demonio, que la perseguía seguro cumpliendo ordenes de mi progenitor. Tenía sentido, evitar nuevos enfrentamientos con respecto al Supremo Dios de los cielos, quitándose el problema de encima.

Y vi que podía matar dos pájaros de un tiro, esta nueva y preciosa demonio seria mi elegida, ella seria mi compañera en el trono.

La perseguí durante todo el día, observando como se movía, como miraba al objetivo, sabia que estaba esperando el mejor momento, en el que su muerte fuese lo más dolorosa posible, porque es lo que yo habría echo, y llegado ese momento la ayudaría. Con cada minuto que pasaba me sentía más atraída por ella, más me gustaba su esencia, sus gestos y el halo de perseverancia que emanaba su cuerpo. Si, había elegido bien, mejor que Jasadell, esta nueva demonio seria sin duda la perfecta compañera de la Gran Verenice, la reina de los infiernos.

Ya se aproximaba la hora, solo unos minutos para las doce y con un rápido movimiento me materialice frente a ella. Al principio se sorprendió, pero pronto vi que no estaba asustada, eso solo significaba una cosa, era el destino, nuestra unión era lo correcto. Ella seria la afortunada de acompañarme en el trono del inframundo para toda la eternidad.

Acerque mi cara a la suya y con mis poderes hice que no pudiera escapar, hasta que pose mis labios sobre los suyos, sabia exquisito, mezcla de jazmín y azaleas, sabor extraño para un demonio, pero al ser la futura reina no le di mayor importancia. El reloj marco el tiempo finalizado y nuestros ojos se encontraron, sumidos en un sopor y letargo enfermizo, mientras un haz de luz brotaba de nuestros cuerpos.

Nos declaramos amor eterno, mientras nuestros labios, brazos y manos jugaban a despojar a la otra de todo su miedo. Ella me miraba algo confundida, pero no temía, solo acariciaba lujuriosamente mi piel mientras yo me dejaba hacer.
Culminamos nuestra unión en aquel frío suelo, mientras literalmente consumíamos nuestra carne con deseo ardiente, ambas nos profesábamos caricias y besos, jurábamos ante el mundo que nos pertenecíamos la una a la otra. El amor que se despertó en mi fue instantáneo, arrollador, ahora sabia que había echo bien mi elección.

Una vez terminada nuestra noche de lujuria y pasión, por fin entre suspiros le pregunte cual era su nombre, el de ahora la dueña de mi vida.

_ Me llamo Eva_ dijo en susurros cerca de mi oído

_ ¡¡¿Eva?!! Pero eso no es posible, ningún demonio, ningún hijo del infierno podría tener ese nombre_

_ Yo no soy un demonio_

Y mientras sentía como brotaban a mis espaldas dos alas blancas, vi a mi padre junto a una luz blanca, una brillante que emanaba esperanza, con la cual mantenía una conversación, donde por fin entendí el porque de mi dolor, eran las ramificaciones que esos apéndices alados hacían en mis huesos:

_ Al parecer no solo es tradición de algunos humanos eso de pactar matrimonios concertados con sus crías, ¿verdad enemigo mío? Para ser la primera y por supuesto última vez que mantenemos relaciones comerciales, no se nos ha dado nada mal. Por cierto, siento mucho la perdida de tu hijo_ se dirigió mi padre hacia la intensa luz que lo acompañaba

_ No me gusta tenerte de consuegro, pero creo que prefiero tenerte a ti de enemigo, que a ese ser que tienes por hija. Si, será nuestro último negocio juntos, y no te preocupes por mi estirpe, ellos cuando perecen van al reino de los cielos, al igual que ahora Verenice_



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Aquí mi relato participante en el concurso de Karol Scandiu, "Relatos hechizados"
Espero que os haya gustado
Feliz inicio de semana a todos
Un beso mis chicos

Irene Comendador


12 comentarios:

Vicent Maganer Ripoll dijo...

Solamente te digo después de leerlo, que si hay que votar, cuenta con el mío, si logro cerrar la boca del asombro :O

Irene Comendador dijo...

Gracias Vicent, eres un amor, jeje, si bueno hay que votar, pero mejor leete el resto de relatos que los hay tambien buenisimos, el banner de las votaciones y resto de relatos esta aqui en la columna de la derecha de mi blog, y que disfrutes de la lectura
Un besazo mi rey, hablamos, MUAC!!!

J.P. Alexander dijo...

Uy muy buen relato es uno de mis predilectos. Te mando un beso mi Irene y te me cuidas.

Thiago dijo...

Bueno, yo no he leído los otros... pero este es, desde luego, hechizante, jaaj

Pero aquí siempre estais con concursos de relatos y con estos temas tan mágicos y misteriosos, no?


Bezos.

ܤ Dulcinea dijo...

te super quiero irene!!! perdon si no paso tan seguido, esta nueva vida me tiene muy atariada u.u
pero aqui estare siempre para ti..
me enterado que una chica te copio la historia, puede ser? yo conozco un poco a esa chica, pero bueno espero todo se halla solucionado para bien
te quiero mucho mi reina y te extraño..
espero estes de maravilla n.n
au revoir corazon mio!!

Unknown dijo...

querida irene que puedo decir?
me encanto es poco
es que no puedes escribir algo mejor
siempre he admirado tu forma de escribir,
ahora me dejaste mas sorprendida...
es que tu no paras verdad?
jajaja
yo voto por ti obviamente jjaja
cuidate mucho

Unknown dijo...

Solo me queda decir una cosa: te ganaste mi voto ...y un aplauso .... fantastico ...Michel

www.micheldeb.tk

www.lamalapoesia.tk

Anónimo dijo...

ay me dejan todas... con un miedito las historias pero estan buenisimaas... ya tengo que ver cual votar porque como vos decis todas estan muy buenas... te aviso que ya subi dos capitulos nuevos cuando tengas tiempo pasate besos vir

aorillasdelorbigo dijo...

Ireneçita, me han emocionado algunos de tus relatos cortos, sobre todo los dedicados a los niños.
Este del concurso no lo he leído (aún) porque es muy tarde y a las siete toca diana mi despertador. Hoy ya voy muy retrasada.
Tú eres una escritora muy prolífica. Es un gran don, pero para los que somos más reposados nos cuesta trabajo seguiros...¿Me perdonarás?...Anda, que seguiré intentando actualizarme, ¿vale?
Un besín guapísima.

Marcos DK dijo...

Un relato brutal, sádico, inhumano y con un final sorprendente. Ha habido algún momento, durante la lectura, que el estilo empleado me ha recordado a la forma de escribir de Lovecraft. ¿No se habrá reencarnado su diabólica mente en nuestra oscura Dama Irene?

Diego Castro Sánchez dijo...

Coincido con Marcos, un trabajo sobrecogedor.

Adela/Mariola (SokAly) dijo...

Ya en su momento dejé comentario donde karol y bien sabes que me gustó mucho.
Me sorprendió desde que empecé a leerlo y el final me dejó con la boca abierta.
Menudo escarmiento el que le dio a su hijita, jeje.

Besos y mucha suerte en el concurso.

~Ade~