En la cabecera del blog encontraréis el resto de relatos ya publicados, por si os habéis perdido alguno.
Ahora a leer y disfrutar
Muchos besos
Caigo contigo (Faniita)
Él era el señor del inframundo, el señor del fuego eterno.
El que con un simple gesto, puede convencerte de cualquier cosa.
Lo que sea…
Él es Lucifer…
El ángel caído del mismísimo cielo…
Y Él…
Es mi marido…
(Narrado por Lilith)
Mi marido, Lucifer, era el señor de las tinieblas.
Los mortales le conocen como “Satanás”, “Diablo”, “Demonio”…
Pero él no es nada de eso. El es una persona que solo luchó por coger el puesto de ese insensato de allá arriba. El señor “Todopoderoso”.
Que odio le tenía.
Lucifer, es alto, de unos 1.90m, de pelo negro, por los hombros, y liso. De ojos azules, tan azules como el mar. Su cuerpo estaba muy bien formado, desde un largo y musculoso tronco, hasta unas piernas muy bien formadas. Lucifer era hermoso, y estaba y sigue estando catalogado como el ángel más hermoso, más inteligente y más fuerte que ha existido.
Lucifer estaba extraño desde hace una semana, y no sé por qué. Aunque, lo que yo me imagino es, porque está ya cansado de trabajar aquí. Lógico, son más de dos mil años de reinado. Uno ya se cansa.
Suspiré de nuevo, y entré a mi cuarto. Me dispuse a darme una ducha, necesitaba relajarme, comencé a preparar la bañera con agua caliente...
(Narrado por Lucifer)
Apoyé mis manos en mi escritorio, tensándolas, y a su vez astillando la mesa un poco.
Cerré los ojos, pensando en cómo había tratado a Lilith y a mis servidores durante toda esta semana. Sobre todo a Lilith.
En estos casos es cuando se dice Señor Ayúdame, ¿verdad?
Jajajaja, ¡venga ya!
Son solo gilipolleces.
Bajé la cabeza, viendo como mi pelo tapaba algo de mi rostro. Necesito un día para arreglar las cosas que merodean por mi cabeza. Solo un día…
Suspiré, y me senté en mi trono, con un lío tremendo en mi cabeza. No podía seguir así con Lilith, tenía que cambiar.
Con decisión, me levanté de mi trono, y me puse rumbo hacia mi cuarto donde supuestamente se encontraría mi mujer. Mi Lilith.
(Narrado por Lilith)
Oí que la puerta se abría. Me encontraba en el baño, ya vestida, cepillándome el pelo. Dejé el cepillo en el mueble y salí.
Lucifer se encontraba sentado en la cama. Y mi mente solo pudo pensar en una cosa.
Mi preocupación hacia él.
Vamos Lilith, tú puedes…
-Tenemos que hablar…-Murmuré muy bajito, deseando que me hubiera escuchado.
Estaba demasiado nerviosa Pude darme cuenta por el rabillo del ojo, de que su compostura era recta y eso quería decir que estaba dolido.
-¿Estás enfadada?-
Me senté en la cama.
-Solo triste-Susurré, bajando la cabeza
Escuché un suspiro proveniente de él, para luego sentir, que la cama se hundía por su parte. Se había acostado.
-Lo siento- dijo
-Lo sé-Murmuré, girando mi rostro hacia él.
Jugaba con sus manos. Estaba nervioso…
-No quiero perderte-
Esas palabras me llegaron a lo más profundo de mi corazón. Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-Y no me perderás-
Lucifer me miró inmediatamente y pronunció esas dos palabras que te hacen suspirar, sonreír, palpitar…
-Te amo-
Entonces, ahí ya no pude aguantar más, y comencé a llorar…
-Hey, hey…No llores mi amor. No quiero verte así-
Me sentía feliz, orgullosa, protegida…Y lo más increíble de todo…Me sentía amada.
-No llores…-Susurró en la curvatura de mi cuello.
-Oh Lucifer…Te amo tanto-
Lucifer me abrazó por la cintura, y yo me hundí en su pecho.
Era la mujer más feliz.
Me comenzó a acariciar el pelo, mientras yo me desahogada en su pecho.
-Quisiera poder estar más tiempo contigo-
-Algunas veces siento que me faltas. Sé que tu deber es difícil, pero me siento apartada-
Sentí que Lucifer me aplastaba contra su pecho, dándome el cariño que necesitaba
-Estoy aquí- Exhalo en mi oído.
Nos fundimos en un abrazo que duró lo suficiente para que yo me sintiera mucho mejor.
Posicioné mi rostro en la curvatura de su cuello, e inspiré su profundo y delicioso aroma.
Lo amaba tanto. No podía permitirme perderlo. Le fui dejando un caminito de besos, desde el oído hasta sus labios, sintiendo como él se estremecía. Mis ojos subieron a los suyos por instinto, pudiendo ver así que los tenía rojos. Estaba excitado…
(Narrado por Lucifer)
Lilith me besaba haciéndome estremecer. Cómo me gustaba esa parte de Lilith…Lilith posó sus manos en mi pecho y me tumbó con fuerza encima de la cama.
Mi corazón comenzó a dispararse, estaba excitado.
Me empezó a desabrochar con fuerza los botones de la camisa, para luego pasar a los del pantalón mientras seguía con su caminito de besos.
Llegó a mi pecho y bajó hasta mi ombligo, me miro y sonreímos, la pasión fluye en esta habitación. Siento que ardo por dentro, me arden los ojos y así se lo digo a ella.
-Por favor Lilith no aguanto más-
Me mira y sonríe pícaramente mientras posaba su mano encima de mi bóxer, haciéndome soltar un jadeo. Lleva sus manos a la abertura de éste y tira hacia abajo muy lentamente, haciéndome jadear de nuevo.
Mi deseo fluye más y mas, mientras mis instintos hacen que mis caderas se alcen, deseando ser tocado, allí donde estaba más necesitado.
Lilith me mira, sonríe y baja sus labios hasta mi miembro, abre su dulce y deliciosa boca y planta un leve beso en mi erección.
Gemí sonoramente ya sin poder aguantarlo, y mis manos por instinto bajaron hasta su pelo.
Ella me miró golosamente y quitó mis manos de su pelo, dejándolas a cada lado de mis costados. Cómo me hacía sufrir…
Bajó su dulce boca a mis muslos, dejando besos por los que suspiraba, jadeaba y gemía en algunas ocasiones, hasta llegar a mis testículos, los cuales comenzó a lamer, haciéndome sentir miles y miles de sensaciones dentro de mí.
Lilith subió poco a poco hasta mi envergadura y pasó su lengua desde su base hasta la punta, ayudándose de sus preciosas manos. Repitió el proceso jugueteando con su dulce lengua alrededor de mi glande. No puedo más, pensé.
Me postré de rodillas, haciendo que ella se posicionara hacia atrás quedando así, igual que yo. Yo ya no podía aguantar más. Necesitaba probarla…
Mis manos fueron hacia el borde de su camisa levantándola suavemente hasta quitársela. Luego mis manos en el broche del sujetador, haciéndola jadear al acariciarle la espalda.
Desabroché ese obstáculo por el que paso siempre, por el que siempre me dan ganas de romperlo, ya que me desespero, y comencé a acariciar su espalda de nuevo hasta llegar a su trasero.
Mientras mis manos acariciaban sus glúteos, mis labios iban bajando más y más hasta que llegué a su ombligo. La empujé con fuerza hacia atrás, acariciándole los muslos suavemente, sintiendo la suavidad de su piel en mis manos.
Mis labios fueron bajando, hasta llegar a su cadera, sintiendo así el deseo que corría dentro de ella.
Era mía…
Solo mía…
Mis labios fueron bajando, hasta perderme en su entrepierna y sin dejar de acariciarle los muslos…
Ella gimió sonoramente, haciendo que mi entrepierna pulsara. Fui soplando poco a poco pero muy intensamente. Mi lengua recorrió toda su perineo, llegué a la vagina y soplé mientras mi lengua lo acariciaba. Mi lengua cada vez iba más rápido, hasta que ella me detuvo, empujándome hacia atrás. La excitación se podía ver en sus ojos desde kilómetros.
Se colocó a cuatro patas mientras sonreía, agarrado mi miembro con su mano y masajeándolo. Me acerqué a ella. Me puse detrás y mientras colocaba mi tórax en su espalda, mordí el lóbulo de su oreja.
Posicioné mi envergadura en su entrada y jugueteé un poco, haciéndola gemir. La tenía para mí. Solo para mí…
-Métemela ya, Dios de las Tinieblas-
Y ahí fue cuando la agarré de las caderas y la penetré.
Lilith gritaba y gritaba de placer, haciendo que su placer fuera el mío. Estaba sudada, su pelo se pegaba a su espalda, que se encontraba en forma de arco causa de las estocadas que yo le daba.
-Dame duro cariño-Rogó agarrando la almohada muy fuerte.
Hice lo que me pedía y la cabalgué incesantemente, cada vez más fuerte.
Mordí su cuello cuando sentí que ella estaba por venirse para incrementar su placer, y así incrementar el mío también.
Nuestros cuerpos se compenetraban perfectamente. Ella para mí y yo para ella. Un encaje perfecto…
Soltó un último grito de placer mientras yo seguía entrando y saliendo.
Sentí como sus paredes vaginales apresaban mi miembro, gesto producido por su orgasmo.
No pude aguantar más y de una última estocada, me vine.
Sentí miles y miles de mariposas recorriendo mi estómago, causadas por el impactante orgasmo que acababa de tener con la mujer de mi vida. Caí rendido en su espalda, sintiendo nuestras fuertes respiraciones. Me quité de encima de ella cuando conseguí relajarme, para no aplastarla y la coloqué abrazándola junto a mí.
Nuestros cuerpos sudorosos, junto con nuestro cansancio, hicieron que nos durmiéramos, cayendo así en un sueño profundo.
(Narrado por Lilith)
-¡Largo!-Exclamó Gabriel, cerrándome las puertas del cielo. Echándome del Paraíso, porque yo así lo he querido.
Porque quería estar con Luzbel, mi Luzbel.
Luego…
Caí en la oscuridad…
-¡NO!-Exclamé sobresaltada
-¡Hey, cariño! ¿Pasa algo?-Oí a Lucifer en la oscuridad, para luego sentir una mano reconfortante en mi espalda.
-Solo ha sido un sueño-Murmuré para mí misma, mientras abrazaba a Lucifer.
-Exacto. Solo un sueño- dijo acariciándome la espalda.
-Te he echado de menos-
Él soltó una carcajada y dijo tiernamente.
-Pero si solo has dormido un par de horas. Y yo he estado a tu lado siempre-
-Pero para mí ha sido una eternidad-Susurré de nuevo, para luego darle un beso
Como echaba de menos esos labios tan dulces, tan lindos…
Tan…
Reconfortantes…
-Te amo-Murmuré en sus labios.
-Y yo a ti, mi diablilla-
Y así dormirnos.
Cayendo en una linda oscuridad juntos.
Porque yo siempre…
Caigo contigo…
3 comentarios:
Puedes ver la reseña de tu relato y de todos los demás en:
http://homografiagay.blogspot.com/p/comic.html
¡Qué linda idea! Me pareció un relato muy tierno.
El mal personificado como bien, una idea muy original, contado de forma amena, y muy caliente, jejeje!!
Ha estado muy bien!!
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