En la cabecera del blog encontraréis el resto de relatos ya publicados, por si os habéis perdido alguno.
Ahora a leer y disfrutar
Muchos besos
Ángel Caído (Viridiana Patiño)
Yo estaba en sus brazos. Una vez más… después de todo lo sucedido seguía siendo tan estúpida como siempre. Yo que toda la vida me había esmerado por estar del lado correcto. Yo que fui llamada "el regalo de Dios" por ser descrita por mi partero como "la niña más dulce, tranquila y pacífica de todas" yo que… supuestamente estaba bendita desde mi nacimiento. Yo Dasha Sibley Aetherius…
Mi nombre lo decía… marcaba mi destino.
Desde que tengo conciencia supe que había algo especial en mí. Que tenía una misión que cumplir en el mundo pero jamás imagine como terminaría todo. Cuando nací un 25 de diciembre de 1992 a los 6 meses de edad todos me esperaban muerta. Mi madre había sufrido un aborto. Pero nací viva, pequeña, pero sana, sonrosada, con una sonrisa en el rostro. Mamá, que había planeado llamarme Helena en honor a Helena de Troya lo olvidó en cuanto me tuvo en brazos. Helena era… "muy simple". Mi padre Kostas Aetherius (si, ese es mi apellido real) me aceptó al verme. Mis ojos azules como el cielo. Mi sonrisa perlada y transparente; mis cabellos dorados como el sol y mis labios rosas lo conquistaron.
Él era todo lo contrario a mí. Damon Devil (qué nombre más sugerente) y desde que llegó a Ftía nadie se le acercaba. Su solo nombre traía al maligno según decían. Cuando yo lo vi por primera vez no hubo más que decir. Sus cabellos obscuros me encantaron al igual que el matiz mortecino de su piel, pero sus ojos de obsidiana me indicaron el peligro, me mostraron el mal.
Debía alejarme… ese chico no era cualquier chico sino un ángel caído. Pronto comprendí mi misión… yo era el ángel divino que se suponía debía salvar a la humanidad de él. Éramos enemigos… enemigos mortales… pero no pude evitarlo.
— ¿Estás segura de esto? —me pregunto una vez más.
— ¿Por qué lo sigues preguntando?
—Por lo que eres. Somos enemigos naturales. Tu eres etérea y yo soy… bueno yo soy maligno. Mi misión en el mundo es sembrar la duda, el rencor, la muerte… soy como la caja de pandora.
— ¿Entonces yo soy pandora?
—No—dijo molestó—. Pandora era desobediente. Ella sabía que al abrir la caja algo malo esperaba, pero aún así la abrió por curiosidad.
—Tienes razón. Yo no abro la caja por curiosidad. Ni lo haría. Alguien más ya la abrió. Yo soy quien la cierro. Bueno o al menos soy quien debería hacerlo… pero no puedo.
— ¿Renunciaras a tu misión?
—No tengo otra opción.
—Podrías arremeter contra mí…
— ¿Me dejarías ganar?
—No lo sé. Debo aceptar que siento algo por ti—bajo la cabeza apenado—. Pero no sé que es. No fui creado para tener sentimientos que no sean el odio.
—Alguna vez fuiste bueno. Aun lo eres en tu interior.
—No, no lo soy.
—Entonces somos iguales—aventure.
—No, tampoco. Tú has renunciado a tu misión por amor. Lo sé, no puedo sentir del todo pero si puedo ver lo que tú sientes. Estas tan enamorada que te sacrificas por eso; a pesar de saber que perderás todo lo demás. Yo no renunciare a nada. Ni creo hacerlo. Yo decidí volverme un ángel caído, nadie me obligo ni me sedujo. Siempre fui como ahora. Ambicioso, egoísta y cruel. Torturo a mis presas hasta que me suplican que las mate y siento placer al hacerlo. Me alimento de las lágrimas y bebo sangre como si fuera vino.
Suspire largamente. El tenia la razón, pero no podía evitar pensar en que algún día todo podría cambiar. Ya no me apetecía hablar. No le veía el caso. Había tomado una decisión y no me arrepentía.
Lo bese. Primero en la mejilla, en el cuello… hasta que llegue a su boca. Yo planeaba seguir jugando pero sus labios demandaron los míos. Introdujo su lengua en mi boca y entonces todo perdió sentido.
Sus manos en mi cintura, sus cabellos sobre mi frente, sus piernas enredadas a las mías, la cadencia de nuestros labios…
— ¿Sabes que es el único pecado que tenemos intacto?
Si, lo sabía. A ninguno se nos permitía dejarnos llevar por ese tipo de deseos. No debíamos haberlo. Era terminar de romper las reglas.
Volví a besarlo. Sabía que no iríamos al cielo después de eso, ni al purgatorio… solo nos quedaba el infierno. Yo era una traidora y el también. Además era egoísta. Sabía que le arrebataba su última oportunidad de poder reivindicarse y no me importo. Lo quería a él, todo, solo para mí, por siempre.
No me importaba cuantas personas murieran, las lagrimas, el dolor… valía la pena por esto…
El bien y el mal se habían encontrado.
Se habían mezclado
Y el mal venció.
2 comentarios:
En este relato, titulado “ÁNGEL CAÍDO”, su autora VIRIDIANA PATIÑO nos presenta la imagen de una etérea, cuya misión es eliminar a los demonios que pululan por la tierra, pero que no puede evitar caer enamorada a sus pies, y aunque ambos comprenden que están hechos para la confrontación, traicionan la más genuina de sus esencias (el bien y el mal) para mezclarse en ese torbellino de sentimientos encontrados, pasiones ocultas, celos, venganzas y sinrazones que es el amor… todos sabemos que no existe un amor bueno del todo, ni uno malo del todo… ¿Será entonces que de combinar el bien y el mal surge esa mediocridad que llamamos amor? Aunque la autora piensa que, en ese caso, lo que vence es el mal…
La reseña de este relato con foto y de todos los demás en:
http://homografiagay.blogspot.com/p/comic.html
Vaya, un relato realmente innovador, donde es el mal el que triunfa al final, algo novedoso y decididamente tentador tal cual nos lo presentan aquí.
Me ha gustado.
Publicar un comentario