Bienvenidos

Hola a tod@s y gracias por visitar mi humilde página, espero que os guste.
IMPORTANTE:
*Lo publicado aquí es ficción y de mi autoría.
*Yo no reseño libros, hago únicamente recomendaciones personales.

Seguidores

domingo, 31 de octubre de 2010

Sicario del infierno Cap 2





Sicario del infierno

Cap 2



OWEN



Ni siquiera sabía como había llegado de nuevo a mi apartamento. Intentaba  hacer memoria del trayecto hasta aquí pero no aparecía en mi cabeza.

El sobre abultado con la información de la chica, se encontraba apretado fuertemente por mis dedos, como si fuese la presa de algún ave rapaz entre sus garras. Allí dentro estaba la innecesaria información para encontrarla y aquella prenda que me resistía volver a oler. Primero porque no me hacia falta, recordaría ese aroma aunque me metieran acido por las fosas nasales y segundo no me creía capaz de resistir de nuevo otra oleada de deseo como la que me había abofeteado en el despacho de Edmund.

Quería deshacerme de la cercanía de aquel tormento, pero mis manos no atendían a peticiones, simplemente me causaba dolor físico separarme del maldito sobre de las narices.

¿Cómo podía estar tan necesitado si solo habían pasado unas cortas horas desde mi última ingesta? Pero ese perfume me estaba volviendo loco.

Removí físicamente mi cabeza para aclarar mis ideas y plantearme la situación desde una perspectiva coherente. Y era ahora cuando venían a mi cabeza aquellas palabras que me habían causado tanta sorpresa, “La Daga Capital”, ¿De donde habría sacado ese hombre la información que de ella tenia? Por supuesto que incorrecta o escasa, pero ese no era el caso.

Un artilugio que llevaba siglos y siglos siendo ansiado por multitud de seres, humanos, demonios y por supuesto y peor aun, divinos. Esos mal nacidos siempre de por medio, en la única tarea que el Operator nos mandaba desde nuestra iniciación. Encontrar la puta Daga y llevársela a él sin tocarla siquiera. Ordenes que no se habían cumplido ya que nadie la había visto jamás, era un objeto que ya muchos lo tachaban de fantástico e ilusorio. Pero yo gracias a uno de mis dones sabíamos que al menos el Operator si confiaba a pies juntillas que aquel arma existiese.

Uno de mis poderes era saber cuando alguien mentía o no, las palabras en mi mente parecían distorsionarse cuando alguien las pronunciaba con temor de ser descubierta la mentira que su pensamiento barajaba. Y así, esa distorsión me hacia conocedor del engaño. No era uno de mis mejores dones, pero si uno muy practico. Por ejemplo, había percibido con exactitud que el miserable Señor Standford no me engañaba, con respecto a la conversación que habíamos tenido, que realmente esa Daga o estaba en su poder o el creía que así era, en eso no mentía. También había podido ver que sus tratos con otro demonio, o como el había dicho mi igual, otro sicario llamado Ryan Hallen, estaba metido en todo este asunto de la chica. Si el pobre Señor Standford supiese en que otra cosa además de ser sicarios nos parecíamos el tal Ryan y yo, seguro no se mezclaría con dicha calaña.

Un escalofrío recorrió mi columna con solo recordar lo que mi cabeza en aquel momento pensó sobre el final de dicha muchacha, y esto era un problema, y uno muy serio. Ryan Hallen era un demonio de mi misma raza, otro predecesor y sus habilidades eran muy poderosas. Con solo tocar a alguien podía literalmente prenderle en llamas y consumirlo hasta las cenizas, algo perverso ya que ese fuego se ocasionaba inicialmente fuera del cuerpo hasta llegar a su centro y allí finalizar con una explosión violenta.

¿Cómo aceptar el trabajo y mandar a la tal Violette a un destino de muerte y calvario, si ni siquiera sabia si podría contenerme para no matarla nada mas verla? Ese perfume que emanaba de la tela de su blusa me estaba atormentando, no quería ni imaginarme como seria tenerla frente a mí. Mi garganta y cuerpo ardían por ese anhelo de comida.

El señor Standford me había dado algo antes de salir de su despacho, pero a causa del estado en el que me encontraba en ese momento, ni había reparado en lo que era. Volví a salir de mi apartamento dirección a mi  coche aparcado en la entrada, para poder coger aquel otro sobre más pequeño y de color blanco que descansaba en el asiento del copiloto.

Decidí abrirlo dentro de casa, no por miradas ajenas, ya que mi vivienda se encontraba a las afueras de la ciudad y mi vecino mas próximo estaba a unos muy convenientes dos mil metros. Pero este tipo de cosas y ahora mas, debían de llevarse a cabo en la intimidad de mis paredes.

Respire profundo y sentándome en el gran sillón de la sala, abrí el plano y en apariencia insignificante sobre.

“Embrujado” así me parecía estar al contemplar aquel rostro que me mostraba la foto, una bella mujer de rasgos dulces y penetrantes, con ojos verde claro, tan intensos que parecía dejar un rastro mareante en mi piel. Pase mis dedos por el suave papel como si de terciopelo se tratara. Tenía el cabello largo hasta la cintura y envuelto en unas tenues hondas, de un brilloso color castaño. Su nariz pequeña, perfecta, mostraba unas pequeñas pecas que parecían haberlas colocado a placer donde cada una tenía un significado, como cuando miras el firmamento estrellado y sabes a la perfección donde se encuentra la más remota constelación. Sus labios llenos y sensuales que llamaban a voces ser devorados hasta llegar a degustar su ansiado corazón.

Sacudí mi cabeza en ese mismo instante, no podía dejarme pensar ese tipo de cosas, cuando la encontrara tendría que contenerme todo lo posible, ya que si no lo hacia, mi trabajo y vida que hasta ahora conocía se irían al traste. No me importaba en absoluto Edmund, pero si Ryan estaba metido en esto seguro que me traería problemas.

Una ínfima parte de mi mente seguía queriendo que rechazara el trabajo antes de que fuese demasiado tarde, pero ya estaban las decisiones zanjadas, porque el solo hecho de dejar de mirar aquella foto con esa cara y cuerpo me dejaba anhelante de su cercanía y palpitación.

La pose que la chica mantenía en el retrato era extraña, se la veía incomoda. Estaba sentada en una de esas hamacas de  piscina, cerca del bordillo y aunque no sabia a ciencia cierta como era la casa de Edmund, podía percibir que seguramente serian sus jardines. La expresión de su hermoso rostro me dejaba en cierta manera intranquilo, estaba ¿triste? ¿dolida quizás?  No había rastro de felicidad en esa mirada y sin saber porque me pareció ser contagiado por ese sentimiento de abandono, desamparo y aflicción.

¡¡¡Céntrate!!! Me dije a mi mismo después de un rato de contemplar la dichosa fotografía. Esto no era lógico y coherente en mi, esto solo era un trabajo mas y de eso tenia que convencerme ya. Solo tendría que luchar con no obsesionarme con aquel corazón de hedor suculento y apetecible, para así poder culminar mi cometido con éxito y después de seis días, que ya anticipaba serian muy muy largos, todo habría acabado y volvería a mi vida tal y como la conocía antes. “solo es otro trabajo cualquiera” repetía una y otra vez en voz baja.


Ya habían pasado dos días de recibir este pesaroso encargo, dos días, y retumbaba en mi conciencia como el trabajo mas largo y con menos resultados que hasta el momento había tenido. Me estaba empezando a desesperar, mi siempre impecable paciencia parecía huir de mí por segundos. Había empezado primero hiendo a la casa del hombre que en estos momentos había contratado mis servicios, donde la fragancia de aquella muchacha me hubo sacado mis mas oscuros instintos. Incontrolable, así me sentía cada vez que notaba su aroma, y eso era lo que me desconcertaba, ¿Cómo el mejor, y más apetecible de todos los olores que había percibido en mi vida, era justo el que mas me estaba costando encontrar?

La respuesta no se encontraba en mi cabeza, porque había hurgado en ella ya demasiadas veces sin resultados. Por suerte me hicieron caso en abandonar la vivienda mientras duraba mi inspección. Porque mis ojos se tornaron negros a causa de la sed y el hambre que me provocaba estar impregnado en su aroma.

Todo lo que rodeaba esa casa olía a ella, y me sorprendió que sus pertenencias fuesen tan escasas, tan poca cosa, como si solo pasase aquí una temporada cada cierto tiempo, y eso que ya me había dicho su padre que vivía permanentemente con el. La vida que se denotaba en sus pertenencias era inane e insustancial. Sin recuerdos, fotos, juguetes, o alguna que otra entrada de cine o discoteca. Como si hubiese vivido metida en una caja durante sus veintiún años. Un sentimiento de congoja y lastima se adueño de mi pecho, y era extraño jamás lo había sentido, o al menos con tal intensidad.

En esa visita a la mansión Standford, también pude comprobar que el muy cabrón de Edmund me había engañado en algo,  o mas bien me lo había ocultado. La chica llevaba ya desaparecida mas de cuatro días, eso dificultaba mi búsqueda, aunque eran excusas que mi mente me obsequiaba por el solo echo de no querer reconocer que este trabajo me estaba costando mas de lo normal.

Ahora pasados esos dos días, me estaba empezando a preocupar por otro detalle. ¿Cómo podría soportar estar cerca de ella, si el hambre y la sed empezaban a amenazar de nuevo? así que decidí detener un segundo mi búsqueda y hacerme con un corazón joven que me diera fuerzas para lo que se me venia encima, aguantar los deseos de matarla una vez encontrada.

 Exagerada, así había sido mi comida, dos hombres de venti muchos que al parecer habían salido de la cárcel hacia tan solo un par de días y en ese escaso tiempo ya habían violado a una mujer y apuñalado a un chaval a la entrada de una discoteca de moda. No es que fuese un justiciero, pero si esos cabrones iban a ir al infierno, porque no adelantar su partida, seguro que mis antiguos compañeros me lo agradecían.

Una vez ya lleno, y saciada mi sed desmesuradamente, retome la búsqueda de Violette, pero no dure más de tres horas de frustración hasta que al fin comprendí que este trabajo no le podría hacer solo.

Nunca en mis años en la tierra había pedido ayuda a nadie, pero en este caso, algo me decía que tenía que hacer todo lo que estuviese en mi mano para terminar encontrándola. Aunque no estaba muy seguro de si ese algo era la obsesión por tamaña sed que me provocaba su fragancia.

Matt Sayers, era un demonio buscador, mi único compañero se podría decir, en el único en el que si hubiese tenido que confiar mi existencia, lo haría. Sabia que solo podría ayudarme en las horas de nocturnidad, así que hasta que no llego el crepúsculo, no fui a buscarle.

Estaba en un club de alterne a las afueras de Boston, y este se sorprendió de mi visita, llevábamos más de quince años sin vernos. Allí sentado, siempre con sus gafas de sol, y con esa cara de niño de papa que me sacaba de quicio. Tenia un humor muy infantil y sarcástico, que hacia que no congeniáramos mucho en nuestras personalidades.

Como ya os había dicho antes, los demonios buscadores tenían una peculiaridad en su aspecto físico, y esa eran sus ojos, de un color blanquecino, tirando a grisáceos, que les daba un aspecto aterrador y desconfiante.

Mi amigo era uno de los mejores demonios buscadores, porque era el único en su raza que tenia un poder añadido, el podía sumir en la inconsciencia a quien se lo propusiera, incluso a los divinos, y este dato le hacia muy muy poderoso y necesario. Solo con exhalar su aliento al sujeto en cuestión, tenía el mismo efecto que un potente somnífero.  Pero a él al igual que a mi, también le habían expulsado del infierno. En su caso era por un problema de faldas. En uno de nuestros viajes a la tierra con el fin de encontrar la dichosa Daga, se había enamorado de una humana, y cuando el Operator se entero de ello, le desterró y se deshizo de la chica, dejando al pobre Matt sumido en un letargo que todavía ahora parecía no haberse recuperado. Solía beber sangre de prostitutas, emborrachándose con ella y gastando sus horas medio inconsciente para no recordar el dolor de la perdida de su amada.

Yo no podía entender muy bien ese tipo de comportamiento, de obsesión por un amor que era antinatural, nunca me había sentido así por nadie, todo humano que pasaba por mis manos era para aplacar mi sed y que decir de relaciones entre los de mi raza, eso era aun peor, los escasos demonios hembras que existían eran demasiado pérfidas, siniestras y retorcidas, así que no quería tener nada que ver con ellas, puesto que solo te podían meter en problemas.

_ ¿A que debo tan grata visita querido Owen?_ dijo arrastrando las palabras causa de su aturdimiento

_ Tengo que pedirte un favor_

_ ¿Tú a mí? ¿Seguro? Creo que este momento lo gravare en mi memoria de por vida. No se que podría querer de mi el gran Owen Johnson. El demonio que reza “no necesito ningún buscador, mi olfato es lo bastante bueno para encontrar lo que sea”_ replico rodando los ojos intentando hacer una nefasta imitación de mi voz

_ Vale si no me quieres ayudar mejor me voy, ha sido un completo error pensar que habías cambiado algo, infantil gilipollas_

Empecé a caminar por el pasillo del antro en el que nos encontrábamos, pero con pasos cortos y deliberada calma, puesto que sabia a la perfección que la vida de Matt era tan insustancial y aburrida que pronto iría a mi encuentro, para al menos tener algo diferente que hacer, además de que ya conocía la delicada línea de curiosidad por la que oscilaba.

_ ¡¡Quieto!!_ Grito antes de que saliese del recinto y de  inmediato me volví para mirarlo duramente

_ Esta bien, dime que es lo que quieres de mi Owen_

_ Primero debes acompañarme a un sitio menos concurrido que este_

_ La mitad de las que están aquí no se enteran de nada y la otra mitad no llegara a mañana seguramente_

Su mano cogió uno de los brazos de las chicas que descansaban a sus pies, y le dijo caer como si realmente estuviese muerta, pero el pecho todavía se la inflamaba con sus respiraciones.

_ Lo digo en serio, si quieres que te lo explique, acompáñame_ y salí del local ahora si con prisa, me estaban dando nauseas el olor de las prostitutas

Camine por la acera hasta llegar a un callejón que aunque oscuro, para nosotros no era problema, nuestra visión era magnifica en cualquier circunstancia.
Matt no tardo en estar frente mío y apoyándose contra la pared de ladrillo visto encendió un cigarrillo e hizo un gesto con la cabeza para darme pie.

_ ¿Todavía no has abandonado ese habito tan humano y estupido?_ pregunte arqueando una ceja

_ ¿Acaso me puede matar el tabaco?_ y una carcajada reboto entre las tres altas paredes que nos rodeaban

_ Supongo que no, pero hueles de una forma nauseabunda_

_ ¿Desde cuando te has vuelto tan limpio Owen?  Será mejor que me digas que quieres de mi, mis putitas se enfrían_

_ Todavía no se como puedes hacer ese tipo de cosas, tu no eres humano, no te comportes como tal, ella no va ha volver Matt, ella murió hace mas de cincuenta años, ya es hora de que tomes la decisión de hacer algo que no sea comportarte como lo que no eres_

_ Ni se te ocurra hablar de ella, porque no te lo permito Owen, me importa una mierda lo que hayas venido ha pedirme y mas aun lo que tú pienses de mi vida, pero a ella no la tocas, ¿entendido?_ y sus manos casi sin ser vistan estaban apresando mi cuello, alzándome unos centímetros del suelo

_ Será mejor que me sueltes antes de que termine contigo, querido amigo, sabes que si me estas tocando ahora es porque en el fondo no quiero hacerte daño, porque te aprecio_ y mi mirada le traspaso las retinas para acto seguido soltarme con delicadeza

_ Perdona, no quería sacar el tema de… bueno tu ya sabes, no fue mi intención recordártela_ y es que tenia que reconocer que me había pasado con mis palabras, el sufría aun y mucho

_ No hace falta que me la recuerdes, nunca se va, ella vive aquí dentro, y eso no lo podré cambiar nunca, te lo aseguro ya lo he intentado_

Su voz era tan débil y traumada que casi podía ver el dolor dentro de su pecho muerto.
Matt era el enemigo numero uno de nuestro creador, de nuestro padre, del Operator. Siempre le guardaría el rencor y odio por haberle arrebatado lo único que en su vida, por así decirlo, merecía la pena.  Inca fue su nombre,  una bella mujer de cabellos rubios y ojos de un azul cielo que te perdían por completo, tenia que reconocer que la dichosa humana había sido un verdadero culto a la belleza, pero de su muerte ya habían pasado muchas décadas y este pobre demonio todavía no aceptaba su perdida.

_ Dime sin rodeos que es lo que precisas de mi_

_ Busco a una humana que al parecer sabe ocultar muy bien sus huellas, porque después de dos malditos días, todavía sigo en el mismo sitio, no encuentro su rastro, nunca me había pasado esto_ dije dejándole ver mi debilidad

_ De acuerdo, ¿tienes algo suyo, alguna prenda o posesión?_ dijo estirando su mano y aceptando el trabajo con ese gesto

_Si tengo una blusa, pero antes te diré algo, es alguien especial, esta humana no la debo encontrar para aniquilarla como el resto de mis trabajos, si no que la he de entregar a un destinatario. Así que será mejor que no la toques una vez la encuentres, yo no te acompañare, porque se que sin mi lo harás mas rápido, iremos por caminos diferentes y así abarcaremos mas terreno_ y seguidamente saque el sobre y se lo entregue.

No podía creer lo difícil que se me hacia deshacerme de el, como si un poco de mi vida estuviese ahí dentro, cada vez esta misión era mas extraña, me estaba empezando a volver loco de remate con tantas expectativas.
Matt lo abrió y creo que si me hubiese podido verme la cara a mi mismo cuando el señor Standford me tiro la prenda, habría sido exactamente como la que ahora mi amigo tenia, desencajada totalmente y fuera de lo real.

_ Esto no puede ser. Huele como si todos los putos corazones de la maldita ciudad estuviesen concentrados en ella_ y siguió aspirando profundamente su esencia, llenándose los pulmones de ese aroma que me pertenecía.

_ ¡Basta! Ya es suficiente, devuélvemelo, ya sabes como es, ahora solo encuéntrala y me avisas de donde esta, pero ni se te ocurra acercarte a ella o te juro que…_  amenace

_ Hey hey, quieto león, ¿es que acaso esta humanita te hace cosquillas en otro sitio que no sea tu estomago, hermano?_ y su sonrisa torcida me enfureció en el acto

_ No seas estupido, solo es un trabajo, pero soy consciente de como es su olor de apetecible, me lleva atormentando desde el primer día, así que no quiero que por un arrebato de sed que te de, me quede sin mi trofeo de caza, tu solo localízala y me llamas para ir a buscarla. Y ni se te ocurra acercarte y menos aun tocarla ¡¡¿entendiste Sayers?!!_

_ Ya sabia yo que debías de estar muy desesperado para venir a pedirme ayuda, pero no te preocupes, estoy seguro que en menos de un día la tendrás para ti solito, a no ser que la quieras compartir claro_

Metí la tela morada en el sobre ignorando sus impertinencias y después de unos cuantos puntos que determinar me despedí de Matt, para como habíamos dicho ir cada uno en una dirección y así poder abarcar más terreno para encontrarla.
Las horas sin noticias me estaban matando, mi parte de búsqueda estaba resultando exactamente igual de nefasta que los últimos dos días y el teléfono móvil no sonaba en ningún momento con la ansiada voz de Sayers al otro lado, diciéndome que ya la había encontrado. Mis pasos me había llevado hasta España, a una pequeña provincia llamada Cáceres, en la estación de autobuses, donde en uno de los baños se perdía completamente su rastro, dejándome de nuevo a oscuras y enfurecido.

Cuando de repente el teléfono vibro en mi bolsillo y al comprobar el visor, como no podía ser de otra manera, el numero de Matt estaba reflejado.

_ Dime_ demande nada mas descolgar con la voz aun contraída por saber las nuevas noticias

_ Será mejor que vengas rápido, tenemos un problema_

_ ¿Pero la has encontrado? ¿Dónde estas? ¿Qué ha pasado? ¿ella esta bien? Dime, contesta…_

_ Si la encontré y estamos en Madrid, en un apartamento desabitado cerca del aeropuerto, pero será mejor que no te tardes o si no…._ dijo e inmediatamente se corto la llamada

Y como si mi vida dependiera de ello, salí hacia el lugar donde mi obsesión y mi destino se encontraban, junto con la persona que con su olor me tenía aturdido. No pasarían más de treinta minutos en estar en su presencia. Mientras que sin resultados marcaba incesantemente el número de Matt para saber cual eran esos supuestos contratiempos que habían sucedido.

********************************************


Aqui el segundo capitulo de esta historia, espero que os haya gustado y por favor no os vayais sin dejarme unas palabritas
Recordad que si quereis ver como son los rostros de nuestros personajes, solo teneis que pinchar en este enlace
PERSONAJES
Como siempre os digo, ya es costumbre pero no por ello no es cierto
Os quiero mis chic@s

Irene

14 comentarios:

Brianna Callum dijo...

Wow, Irene, qué capítulo!!!
Owen está más que obsesionado con Violette y cómo se puso cuando Matt no soltaba la blusa!!! Me encantó ese estado posesivo que adquirió, y sospecho que lo que siente no es sólo apetito, o es apetito pero de otra clase je, jeee!!!
Me dejaste intrigadísima, queriendo saber Ya, cuales son los contratiempos que tiene Matt. Espero que pronto subas otro capi.
Este me encantó!!!

Besos,
Bri

J.P. Alexander dijo...

genial capitulo mi irene cada vez gusta mas esta historia lo dejaste en la mejor parte un beso mi bella

INFECTADO CERO dijo...

Esta novela es la ostia consagrada. POr Dios, que arte tiene mi niña. Y esa frase de Ey, Ey, león jajjajjja. Es que eres demasiado.
Fíjate que te hice un comentario en el otro post con el relato y ahora me acabo de dar cuenta que lo enviaste a un concurso. Muchísima suerte, mil millones de suertes. Te quiero Irene MOnroe. Y gracias por venir a saludarnos siempre.
INFECTADA-X

Javier Muñiz dijo...

Hola Irene, vengo de nuevo hacía ti, ligero de equipaje como siempre, y me rindo a tus pies, me postro tal como soy, un cautivo enamorado de una hermosa dama que con sutiles letras me tiene enamorado...admiración y respeto se conjugan en mis humildes letras...mi prófugo destino está en tus manos.....buen domingo, y un surtido de besos dispersos...

KaRoL ScAnDiu dijo...

Mi IREEEE... ya te lohabía dicho, y con los comentarios que tuviste, creo que dejé claro que era la verdad... EL CApÍTULO DEL SIGLOOO;D

Lo amé, y estoy que me muero por saber que sigue;D

Kisses reina de mi corazón...
te quiero... siempre:D

La sonrisa de Hiperion dijo...

Encantador blog el tuyo, un placer haberme pasado por tu espacio.

Saludos y un abrazo.

Javier Muñiz dijo...

Hola Bella, bellísima, iremos a votarte, que menos ¡¡¡¡¡ un voto que jamás estará a la altura de tu grandeza.....besos buen lunes guapa.

Javier Muñiz dijo...

Hola Irene, trabajo realizado, el voto ha sido emitido, mucha suerte guapa, aunque la gente como tú no la necesita..te sobra de todo....besos, buen lunes.

Unknown dijo...

Qué bueno Irene! Me gusta la continuación que le estás dando. Ha sido muy acertado introducir otro personaje para dar más cuerpo al relato. Estoy esperando ya la continuación. Casi puedo oler a esa chica... a ver si más cerca...

Juanjo dijo...

cariño...ya me avisarás para el próximo capítulo...me gusta... quizás ya sepa como vaya el tema pero quiero leerte, saborearte, me encanta tu forma de escribir...

besotes y hasta el cap.3 jejeje

JJ

Adela/Mariola (SokAly) dijo...

Adela tarde, pero efectiva, y aquí vengo con mi verborrea.

No me gusta nada el poder tan escalofriante que tiene ese Ryan, cosa que no ocurre con el que tiene Owen pues ese sí lo querría para mí, tiene que ser una gozada saber quien te miente y quien no.

Me encanta lo atraido que se siente hacia Violette, el poder que ejerce ella en él sin ni siquera haberla visto en persona es apabullante,con el resusgir de sentimientos nunca antes percibidos. Te juro que estoy deseando que se produzca el encuentro, va a ser explosivo.

Que alegría me dio saber que el "albino" trabajaba con él, menudo peso me quitaste de encima, pero que penita me dio saber lo que el Operator de las narices le hizo a su chica, eso sí, espero que no empiece a interesarse en ella porque no me gustó la cara que puso al oler su blusa, así como tampoco me gustó lo que le dijo: "pero será mejor que no tardes o sino..." aunque disfruté como una enana con los celos del Owen.

Joder Irenilla, esto está interesantísimo.
Esta historia engancha una jartá ¡genial!

Besos enormes.

~Ade~

Tio Antonio dijo...

Esto se pone interesante. Tanto, que aborrezco los típicos "continuará" y sin embargo, espero pacientemente el próximo capítulo.

Salu2.

Kyra Dark dijo...

Ey! Me gusta Matt! Me parece guay que lo hayas incluido y cuando termines este relato, ¿habrá otro con él?
Espero que sí!!
Saluditos

Jonaira Campagnuolo dijo...

Oh esto cada vez se pone mejor... felicidades....